miércoles, diciembre 16, 2009

Orígenes

“Todo cuerpo enloquece bajo la mano que dibuja su más
secreta
verdad: ”

Enrique Verástegui

I

Una leyenda antigua nos cuenta; que donde el mar y el cielo se encuentran, crece el árbol de la nostalgia, de cuyos frutos se sirven los poetas para dejar las ciudades, vacías y sin gente.

II

Un ser mítico del desierto, como un grano de arena probablemente, parado sobre la más alta duna, que desde el aire se ve como la luna caída, se puso triste y se echó a llorar.
La sal de sus lágrimas brotaba tan rápido que los latidos de su corazón tuvieron que hundirse en un largo y caudaloso río.

Así se explica la creación del mar una tribu nómada que vive entre las arenas del desierto y las orillas del mar.

III

Descifrando escrituras, en antiguas vasijas desenterradas de la arena Paracas se pudo leer:
“Yo soy la palabra que regresa como una ola, a tocar tu cuerpo de arena, Oh! inmenso desierto.
En cada grano de arena y en la hondura que celosamente escondes estoy.
En la luna verde que aparece cuando el ojo se ilumina.
En el silencio que precede la tormenta.
En el viento que atraviesa los océanos y colorea la aguas que besan el continente”.

IV

Sentados en los acantilados, por las tardes, mientras el sol se agiganta en una nebulosa naranja, los últimos ancianos juran oír los cantos de una sirena perdida mientras el mar se despedaza sobre las rocas.
Los más tristes suelen quedarse durante toda la noche, para sentir sus brazos en la niebla.

V

Cada grano de arena es una palabra que sólo el mar sabe leer, cada roca un nuevo reto, un lenguaje nuevo por conocer.
La gente guarda celosamente el recuerdo de sus playas, por que en cada una hay una historia contada por el mar.

VI

La creación del mundo continúa, sentencian, las rocas aún dejan fluir sus ríos de palabras, los desiertos crecen en conocimientos, sólo hay que cerrar los ojos y dejar que la piel sienta como la brisa deja su textura.
El mar habla con sus labios de espuma.

VII

Donde mar y cielo se encuentran está la única verdad que desafía la gravedad de los planetas.
El polvo que se junta sobre nuestra piel, es el origen de nuestro universo.

VIII

Las gaviotas que el viento enreda,
son sagrada escritura.
Sobre el espejo desta playa,
el tiempo y la olas
las han guardado en el gris de los recuerdos.

IX

Poema encontrado
en la pared de un acantilado;

“No necesito el espiral infinito
de una caracola de mar, para escucharte.
En un sueño,
La sal de ti, se secó sobre mis mejillas.
En cada lágrima que se aventuró
a conocer la vigilia de las olas”

X
Escrito de arena;

“Si el gusano de la virtud
Se hace al mar y regresa a toda vela,
El árbol de la nostalgia ya no tiene remedio”

XI

Contar y tener paciencia, no es la virtud de este pueblo, ellos saben que la séptima ola es el futuro, la resaca más fuerte, el pasaje seguro al horizonte, pero en su miedo se diezman en la turquesa inmensidad de la octava ola.

XII

Museo Local:

Navego a riesgo de naufragar. Argos.
Dejo que mi piel se una a tu piel; La costa, el continente.
Y las inmensas ganas de ser ola. Mar

Y estrellarme, despedazándome en mil pedazos
sobre tu cuerpo: el horizonte.

Las palabras ya no sirven
Si tus oídos están llenos de todos los mares

XIII

Para tus ojos y manos, marsopa saltarina,
pez volador;
En el rubor de la mañana, las flores de espuma,
abren su corazón.
Y la marea antigua, viajera en tu sonrisa
te lleva infatigable, en su verde siglo

CODA
Si un día vengo a cantar con una voz,
que no me conocías…

Y el mar despedazado que rebota entre los acantilados,
te dice, algo.

Entonces soy como el océano que amplifico el firmamento.
Tú guarda sus estrellas.


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