XIX
No sé qué delirio me consume, no sé qué hambre; no sé qué indecible
No sé qué delirio me consume, no sé qué hambre; no sé qué indecible
/deseo.
No sé qué ansia, mortal y fantasmal, de volver a vivir lo vivido;
y mirar otra vez los ojos que han mirado, y los muertos que he mirado.
Ir otra vez al río, y tocar el agua, y subir a la colina,
en pos de la piedra que dormía y del secreto que soñaba.
Buscar con renovada perseverancia el rastro de hormigas misteriosas,
que se ocultaban en la palma de mi mano y que sabían mi destino.
Recobrar el ímpetu de los años juveniles, al soplo del invierno;
y con gesto transfigurado, inventar otra vez un mundo,
y lanzarme a los caminos, a los puentes y a los vientos,
en busca de la noche y de los cantos, de las lluvias torrenciales y de los
/estruendos del fuego,
Y volver a recorrer países interiores y ciudades ocultas, oscuras geografías
/y nebulosos despeñaderos,
en hospitalarios y lúcidos infiernos.
JAIME SAENZ
(poeta boliviano)
JAIME SAENZ
(poeta boliviano)