jueves, diciembre 17, 2009


1 comentario:

Anónimo dijo...

Un día llegaste mudando la vigilia
Cada parte del sueño acecho la tregua
Te iluminó el artificio mientras recordabas
Las banderolas de los navegantes
Desprendidas en los desvanes del viento
Y mirabas con calma
La puritana inocencia
El tráfico líquido de medusas
Hacia el oriente
El legendario imperio del oleaje
Sobre el abismal acantilado
Que no teme al silencio de aguas
Ni a la soledad de rocas
Que se derrumban
A las orillas de tus palabras…